Desde hace unos años y tras el estallido de la crisis las entidades financieras se han visto sobrepasadas por los impagos de deuda y junto a estos también por las daciones en pago o en los siempre desagradables para todas las partes desahucios de inmuebles hipotecados.
Como resultado los bancos se han convertido en grandes poseedores de inmuebles. No sólo viviendas, también naves industriales, locales comerciales, solares, etc.
Las distintas entidades se han visto en la situación de comercializar estos activos, creando empresas distribuiddoras o cediendo a grandes gestoras tanto la gestión como la venta. Poco a poco el mercado ha situado a los «pisos de banco» como una búsqueda más cuando se realiza un sondeo para comprar un inmueble.
A pesar de leyenda negra inevitable, estas compras son cada vez más habituales entre particulares que ven en inmuebles con precios rebajados una oportunidad para realizar una buena compra.
Al margen de grandes Fondos, también los pequeños inversores también están aprovechando los precios bajos de estos inmuebles. La operación «comprar para alquilar» es frecuente en compras especialmente en viviendas.
El stock de viviendas de bancos es muy amplio. Creemos que se debe entender que cuando hay impago de deudas normalmente no es culpa del deudor, son las circustancias las que colocan a las personas o empresas en esa desagradable y complicada situación, no siendo tampoco culpa de la entidad financiera que solamente ejerce sus derechos e igualmente un comprador de un piso u otro tipo de inmueble de banco, sea particular o empresa no debe sentirse culpable de nada y sí intentar aprovechar precios bajos, algo lógico y totalmente normal que no hace daño a nadie.
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